Guía práctica para la preparación de preparados para lactantes: higiene y temperatura correcta

La lactancia materna es recomendada por la OMS como la alimentación ideal para los bebés durante los primeros seis meses de vida. Sin embargo, cuando la lactancia materna no es posible o es insuficiente, la leche artificial se convierte en una alternativa esencial.

Es fundamental preparar la leche artificial de manera segura para proteger al recién nacido de posibles infecciones, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud Italiano recomiendan procedimientos específicos.

Riesgos bacterianos de la leche en polvo

La leche artificial en polvo no es estéril y puede contener bacterias como Cronobacter sakazakii y Salmonella enterica. Estas bacterias pueden causar infecciones graves en los bebés, especialmente en los prematuros o en aquellos con el sistema inmunológico comprometido. Cronobacter sakazakii es una bacteria particularmente peligrosa y puede causar infecciones invasivas como meningitis, sepsis y enterocolitis necrotizante, especialmente en los recién nacidos prematuros o menores de dos meses. Las infecciones por Cronobacter pueden ser fatales. La Salmonella es otra bacteria que puede contaminar la leche en polvo, causando salmonelosis, una infección gastrointestinal grave. Los síntomas incluyen fiebre, diarrea y cólicos abdominales y, aunque menos letal que Cronobacter, la salmonelosis puede requerir hospitalización, especialmente en los bebés.

Estas bacterias se multiplican rápidamente a temperaturas entre 7°C y 65°C. Cuanto más tiempo permanezca la leche en este rango de temperatura, mayor es el riesgo de un aumento de la carga bacteriana y, por lo tanto, de infecciones para el bebé.

Recomendaciones de la OMS y del Ministerio de Salud para la preparación del biberón con leche artificial en polvo

Higiene

Antes de preparar el biberón, es fundamental lavarse bien las manos con agua y jabón antes de tocar al bebé o los objetos que entren en contacto con su boca. Asegúrese de que el biberón y la tetina estén bien limpios y esterilizados antes de cada uso. Puede utilizar un esterilizador a vapor o hervir los objetos en agua durante al menos 5 minutos.

Agua y temperatura

Utilice agua potable para preparar la leche artificial. Si el agua del grifo no es segura, utilice agua embotellada con bajo contenido mineral.
Para reducir el riesgo de infecciones, es importante llevar el agua utilizada para la reconstitución a ebullición (100°C). Luego, el agua debe enfriarse hasta una temperatura de al menos 70°C antes de añadir el polvo. Esta temperatura es crucial para eliminar las bacterias presentes en la leche en polvo, aunque puede alterar algunos nutrientes en la fórmula, como algunas vitaminas.

Preparación de la leche en polvo

Siga cuidadosamente las instrucciones que figuran en el envase de la leche en polvo con respecto a las proporciones entre agua y polvo. Utilice el medidor proporcionado con el envase para medir correctamente el polvo.

Enfriamiento y consumo

Después de la preparación, la leche debe enfriarse rápidamente hasta alcanzar los 37°C. Este rápido enfriamiento es importante para evitar que las bacterias residuales en la leche en polvo se multipliquen. La leche preparada, si se mantiene a temperatura ambiente, debe consumirse dentro de las dos horas.

Cómo hacerlo en casa y fuera de casa

Si está en casa, ¡no hay problema! Tiene todo lo que necesita, incluida la posibilidad de enfriar rápidamente la leche de 70°C a 37°C colocando el biberón bajo un chorro de agua fría corriente.

Si tiene que salir, deberá preparar el biberón siguiendo las reglas anteriores, incluida la rápida refrigeración, y luego:

• Si la toma está programada dentro de las 2 horas posteriores a la preparación, no se requieren precauciones adicionales;
• Si la toma está programada más allá de este tiempo, el biberón debe guardarse en una bolsa térmica con un bloque refrigerante para mantener la leche a una temperatura segura (hasta un máximo de 4 horas).

Al momento de la toma, simplemente debe calentar el biberón a 37°C (la misma temperatura que la leche materna) con un calientabiberones portátil como el Nuvita Warm’n’Mix con la función exclusiva “Calienta & Mezcla”, que mezcla automáticamente la leche mientras se calienta. De esta manera, el biberón alcanza una temperatura perfectamente homogénea sin zonas frías ni burbujas de aire.

Este es, sin lugar a dudas, el método oficialmente reconocido como el más seguro para calentar el biberón de leche artificial, según lo indicado por la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Salud y la mayoría de los pediatras y expertos en lactancia.

Sin embargo, también existen diferentes enfoques que minimizan los riesgos mencionados, considerándolos probables solo en una minoría de niños pequeños más susceptibles a ciertos tipos de infecciones. Si como padres se sienten identificados con esta línea de pensamiento, el biberón de leche artificial en polvo puede prepararse simplemente con agua a 70°C calentada en el momento de la preparación o utilizando un termo que mantenga el agua a esa temperatura.
Sin embargo, si están fuera de casa, queda la duda de cómo hacer para bajar rápidamente la temperatura del biberón a 37°C, para prevenir la proliferación de bacterias residuales que puedan estar presentes en la fórmula y asegurar que el biberón esté a la temperatura adecuada para que el bebé lo beba sin riesgo de quemaduras en la boca.

Para todos, siempre deben cumplirse estas reglas:

• Verificar siempre la fecha de caducidad de la leche artificial en polvo.
• Conservar la leche artificial en un lugar fresco y seco, alejado de fuentes de calor.
• No agregar nunca azúcar u otros ingredientes a la leche artificial, a menos que lo indique específicamente el pediatra.

En cuanto a comodidad, la leche artificial en fórmula líquida es una solución más sencilla y rápida que la fórmula en polvo: ya está esterilizada y, cuando está sellada, se conserva a temperatura ambiente. Cuando sea necesario, simplemente viértala en el biberón y caliéntela a 37°C, y estará lista para consumir.
De todas formas, siempre es imprescindible consultar al pediatra para cualquier indicación, duda o pregunta relacionada con la alimentación de su bebé; solo así podrá estar seguro de que lo está criando de manera saludable.